Italia: detiene a uno de los capos de la mafia siciliana

Cosa Nostra, considerada la organización criminal más perfecta del mundo, recibió ayer otro duro golpe con el arresto del "padrino" Bernardo Spera, de 60 años. Spera, brazo derecho y "ministro de Obras Públicas" del "capo dei capi", Bernardo Provenzano, fue capturado en un caserío rural de Mezzojuso, a 20 kilómetros de Palermo, capital de Sicilia.

Unos 50 policías habían rodeado el lugar tras seguir con aparatos electrónicos muy sofisticados (una parte de ellos fueron facilitados por el FBI estadounidense) los movimientos del médico Vincenzo Di Noto, de 68 años, que curaba los problemas de próstata que padece Spera.

La "pista de los médicos" que atienden a los más ancianos "capos" de Cosa Nostra resultó ser una estrategia ganadora. Spera intentó fugarse, pero fue rápidamente capturado, mientras que el doctor Di Noto se largó a llorar. "Mi prestigio profesional está en ruinas", dijo.



Policías eufóricos

La llegada con el famoso detenido a la sede de la brigada de la Policía en Palermo fue ruidosa. Los policías, con las cabezas cubiertas por pasamontañas, saltaban exhibiendo las armas y hacían la "V" de la victoria cuando media docena de camionetas todo terreno llegaron con Spera, uno de los "padrinos" más buscados.

Spera ya fue condenado a dos cadenas perpetuas por su participación en las masacres de mayo y julio de 1992, en que fueron asesinados con explosivos los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, considerados los más grandes héroes y mártires de la lucha contra Cosa Nostra.

El "padrino" Spera estaba prófugo desde hace nueve años. Había estado en la cárcel sólo un año y medio, entre 1985 y 1986. Su carrera criminal la realizó a la sombra de los temibles "corleoneses", los líderes de la mafia de Corleone, la pequeña ciudad de 12.000 habitantes considerada sinónimo de Cosa Nostra durante varias décadas, situada a menos de cien kilómetros de Palermo.

Spera era uno de los asesinos a las órdenes de Salvatore "Totó" Riina, compañero de andanzas desde jóvenes con Bernardo Provenzano. Riina practicó una estrategia terrorista de enfrentamiento con el Estado. Cuando Riina fue arrestado, en enero de 1993 —y después cayeron todos los grandes "capos" de la mafia—, Provenzano asumió la guía de Cosa Nostra y volvió al sistema tradicional de infiltración en los ganglios del Estado, los administradores locales y la política, evitando desastrosos enfrentamientos militares.

Provenzano cumple hoy 68 años y es quien representa mejor que ningún otro "padrino" suelto la historia del último medio siglo de la mafia siciliana. "Binu" nació en Corleone y ya es una leyenda en el mundo del crimen.

Ahora es un "capo dei capi" asediado por la policía, que, desde hace al menos cuatro meses, le sigue los pasos de cerca, arresta a sus amigos y a los empresarios que trabajan con él. "Ya le sentimos el olor", dicen los investigadores. Provenzano está prófugo desde 1963.

"Este es un durísimo golpe para la mafia", dijo el ministro de Justicia Piero Fassino, luego de conocerse la detención de Spera. "Estamos detrás de Provenzano y nos acercamos a él", afirmó el fiscal jefe de Palermo, Piero Grasso, sucesor de Giovanni Falcone.

Los investigadores creen que la cúpula de Cosa Nostra —"la Comisión", en el lenguaje de los "hombres de honor"—, estaba integrada hasta ayer sólo por cinco grandes padrinos, uno de los cuales era Bernardo Spera. Los otros cuatro son Provenzano, Salvatore Lo Piccolo, Nino Giuffré y Matteo Messina Denaro.

Provenzano ha dado prioridad estratégica a la recaudación de miles de millones de dólares de las empresas controladas por la mafia en las licitaciones públicas.

La gestión de este yacimiento de ingresos estaba a cargo de Spera. Cosa Nostra, por ejemplo, podría llegar a controlar ya más de 2.000 millones de dólares en las licitaciones para la construcción del puente sobre el Estrecho de Messina, que unirá Sicilia con el continente a través de Calabria, según las estimaciones que hacen los especialistas antimafia.